El día 8 de abril, al fin el Presidente mandó la reforma de Pemex al Congreso, dicen que el tiempo es oro y que no regresa, pero hay veces que es necesario ocupar ese tiempo en plantear bien las cosas, como dicen piensa antes de hablar.
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El problema es que el periodo ordinario de sesiones del Congreso cierra el 30 de abril y se ve dificil más no imposible que se apruebe dicha reforma, sobre todo por la importancia que tiene, pero eso si, si no se aprueba antes de esa fecha después siguen tiempos muy complicados, como son la discusión del presupuesto, el informe de gobierno y los tiempos electorales de las intermedias del 2009.
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Pero tanto el país como Pemex ya no pueden seguir esperando, esta es una reforma que se debió de haber hecho hace años, tal vez con mayor profundidad, pero estos no son tiempos fáciles en los que se pueda hacer eso, ahora solo se pueden hacer medias reformas, no las mejores, pero si las posibles.
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Lo cierto es que cada día que pasa se deja de reponer un barril de nuestras reservas, cada día que pasa consumimos un litro de gasolina que no fue refinada en nuestro país y cada día que pasa nuestro petróleo es menos nuestro.
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Pemex lo que necesita es dejar de ser la caja del gobierno, convertirse en una empresa pública gracias a lo cuál pueda operar de manera eficiente para así poder competir de nuevo en el mercado mundial.
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Lo que muchos no entendemos es por que si las diferentes fuerzas políticas comprenden la necesidad de estos cambios por que no los llevan a cabo, acaso se trata de evitar que el contrincante haga las cosas correctas para así hacer que pierda votos a costa de el progreso del país?. Por que hay ese egoismo, por que seguimos comportándonos como el clásico ejemplo de los cangrejos que si uno quiere salir los demás lo jalan hacia dentro.
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Es por eso la urgencia de esta reforma, por que ya no es posible esperar un día más, nosotros como mexicanos hemos visto lo que pasa por esperar para tomar decisiones, así que dejemonos de dicusiones bizantinas por que el progreso no espera a nadie.
